Una boleta de supermercado y una cámara de seguridad en el inmueble del propio imputado son hasta ahora los “salvavidas” que le permiten a Manuel Jesús Gómez Riquelme recuperar su libertad y quedar solo con cautelar de arresto domiciliario nocturno, en el caso del asalto a la sucursal Brinks, en Rancagua. De hecho, es el primero de los imputados en lograr que se cambie la prisión preventiva.
El texto emanado de la Corte de Apelaciones señala que “en la revisión de 25 de septiembre del presente año, esta Corte había señalado, en lo tocante al imputado Manuel Jesús Gómez Riquelme, que si bien en cierto que pudo acreditar -a lo menos con antecedentes que hacen posible aquello- que a la hora exacta del asalto de la sucursal Brinks de Rancagua, estaba en un lugar diverso al sitio principal de los sucesos, lo cierto es que aquello no permitía excluirlo per sé de la participación en los hechos materia de la formalización”.
Sin embargo, la Corte de Alzada agrega que “considerando la existencia de un nuevo antecedente, como lo es el peritaje relativo a la hora en que se habría realizado el intercambio entre el vehículo marca Ssangyong, modelo Musso, y el vehículo Fiat Fiorino conducido por el imputado Alexis Hernán Narbona Gómez, que es la misma hora que tiene una boleta que da cuenta de la compra realizada por el imputado Gómez en un supermercado cercano al sector de su domicilio”. Ello sería también “coincidente con los horarios que registran el DVR de la cámara de seguridad ubicada en el inmueble del propio imputado, que lo muestra en dicho lugar”.